Royal Dutch Shell ha soñado con cruzar la frontera invisible que divide a México de EU para extraer las riquezas ocultas bajo sedimentos de sal y rocas del fondo marino y, gracias a la reforma energética podrá hacerlo realidad. Shell celebró los cambios constitucionales que hizo México en 2013 y pidió reglas claras para participar en las subastas petroleras. Sin embargo perdió algunas licitaciones para yacimientos en aguas profundas en 2016 y también perdió la oportunidad de explotar con Pemex el Campo Trion. Pese a las dificultades, Shell salió airosa de las subastas de aguas profundas en México. Además de estas licencias, el año pasado se hizo de varios contratos con la CFE para surtir de GNL al país y obtuvo los derechos para abrir estaciones de servicio en México. Su plan es abrir cerca de 100 estaciones por año.
Fuente: Forbes Pág. 064-068. Reportaje Lucía Pérez Moreno