Nadie anticipó que el 2020 desencadenaría un recorte en la producción mundial de petróleo liderado por Estados Unidos, Arabia Saudita y Rusia. Pero desde que surgió el brote del nuevo coronavirus, la sed de petróleo del mundo se ha desvanecido, creando una crisis sin precedentes para una de las industrias más poderosas del planeta. Hay demasiada gasolina y combustóleo en el mercado, así que las refinerías que convierten al crudo en combustible están desacelerando sus compras del hidrocarburo.
Reforma Pág. 004. Reportaje Rusell Gold, Benoit Faucon y Rebeca Elliot