Hoy varias agendas internacionales están debatiendo aprobar medidas de carácter mundial en materia ambiental que, con toda seguridad, sancionarán gravemente o discriminarán a los países que no las cumplan. Así, California acaba de prohibir la construcción de nuevas casas conectadas a redes de gas natural y no son pocos los países que ya han puesto fecha de caducidad -nunca después del año 2035- a la venta y circulación de vehículos de diésel y gasolina. Estas medidas, además, van en consonancia con el desarrollo masivo de aprovechamientos de energías renovables, particularmente eólica y solar. Con un escenario tan cierto, claro y contundente como este ¿qué hace México construyendo una refinería para no depender en 6-12 años de las gasolinas refinadas por países terceros? A decir verdad, nunca hubo realmente necesidad de refinar localmente porque otros países amigos conseguían hacerlo mejor y más barato. Pero ahora ya no tiene ningún sentido ni estratégico ni económico.
Reforma Pág. 05. Columna Francisco Fernández Castillo