José Antonio Meade, con el lastre priísta a cuestas

La decisión de volver a José Antonio Meade candidato presidencial con apariencia ciudadana respondía a varias causas, todas graves: desde hace tiempo el PRI lleva una mancha de corrupción por múltiples historias de desvío de recursos y vínculos con el crimen organizado. Al menos 22 de sus militantes más importantes, gobernadores, la mayoría de ellos, tienen expedientes penales en México y en el extranjero. También está la desaparición de los 43 estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa, que reveló la incapacidad del gobierno de Peña Nieto de detener las bajas civiles de la guerra contra el narcotráfico, el aumento en los índices de pobreza, el alza en la gasolina, la inflación golpeando la canasta básica, la privatización de la explotación del petróleo y muchos otros elementos tanto del gobierno del PRI como de los anteriores, del PAN, que no ayudaban mucho a tener un candidato con la marca priista.

Fuente: Proceso Especial Pág. 020-025. Reportaje José Gil Olmos

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