Detectar el problema no es difícil. En lo que se considera la «sala de crisis» de Pemex, los técnicos supervisan la red de oleoductos del país en bancos de pantallas. Gráficas de colores muestran la presión del oleoducto en cualquier parte de los conductos, lo que facilita detectar disminuciones inusuales. El sistema de control ha estado en funcionamiento por casi 20 años. «Estos datos nunca antes habían sido cotejados. No sé por qué», dijo el Sr. González Anaya. «Algunas gasolineras muestran un comportamiento anormal, o nunca me han comprado gasolina. Yo sé lo que está sucediendo».
Fuente: El Financiero Pág. 012. Nota de Redacción