Con el anuncio del incremento en la capacidad de refinación de Pemex, que dirige Octavio Romero, se abre un nuevo desafío para el sector energético: ¿qué hacer con el excedente de combustóleo que se «exporta» a un costo altísimo y que si no encuentra una salida sostenible, puede ser un freno de mano para el tren de refinación? Fíjese que se han desarrollado soluciones técnicas y financieras que se pueden incorporar a las termoeléctricas de CFE, que dirige Manuel Bartlett, que permitirían aprovechar el combustóleo, aprovechar residuales, reducir pérdidas y permitir el uso del refino del crudo pesado, al pasar todo el residuo oleoso del combustible por una nueva estación de tratamiento que, por centrifugación separa el aceite tratado, el agua y los contaminantes.
Excélsior Pág. 05. Columna Alicia Salgado