Indudablemente el negocio de estaciones de servicio ha evolucionado dramáticamente en los últimos años, pasando de ser uno donde se administraban los gastos de operación (con un control de márgenes por parte del gobierno), a un negocio donde se administra la utilidad. Desde el momento en que el administrador de la estación de servicio puede obtener mejores precios de compra y establecer políticas de precios de venta diferenciadas por mercado, empieza a controlar la utilidad del negocio, y si a eso agregamos la posibilidad no sólo de diferenciar su producto con una marca en particular sino de complementar su oferta con servicios, generando valor agregado al negocio y mejor experiencia de compra para el cliente, sin duda se tiene una empresa que requiere una administración más compleja.
Onexpo Pág. 028-031. Reportaje Jesús Torres Cantú