La inflación anual en Estados Unidos se aceleró en febrero a 1.7%, y se ubicó en su mayor nivel en un año, impulsada por el repunte en los precios de los energéticos. No obstante, la inflación subyacente, que excluye los precios de energéticos y alimentos, se moderó a 1.3%, la cifra más baja desde junio del 2020. En la variación mensual, el índice subió 0.4%, su mayor avance en seis meses, que se explica principalmente por el alza de 6.6% en las gasolinas, y de 0.7 y 1.6% en los servicios de electricidad y gas. Para analistas de Oxford Economics, para la primavera la inflación subyacente podría alcanzar un nivel de 2.5 por ciento anual, pero en su opinión, como lo ha señalado la Fed, el aumento será transitorio.
El Financiero Pág. 016. Nota Cristian Téllez